La Asociación de Colegios Privados de Lima (ACOPRIL) ha creado una central de riesgo de padres de morosos. Esta es una base de datos para que los colegios privados no reciban a hijos de padres morosos. Esto es inaceptable y debe ser rechazado por la sociedad civil de manera tajante porque profundiza la ya preocupante brecha de desigualdad en la educación. 

Un 75% de colegios privados subirán las pensiones escolares y un 10% subirán las matrículas este 2020, según Grupo Educación al Futuro. Estos últimos años las pensiones subieron un 33.9%, llegando a duplicar la tasa de inflación anual señalada por el INEI. 

Para la ACOPRIL, esto se debe al incremento de la tasa de morosidad de las familias, debido a la entrada en vigencia, en el 2002, de la Ley de Protección de la Economía Familiar. Dicha Ley garantiza que, a pesar de las deudas, los estudiantes no pierdan el año escolar y según sostienen, generó que entre el 2002 y el 2019, la tasa de morosidad pase de 7% a 55% mensual. Por eso, proponen crear una central de riesgo para padres morosos con el fin de excluir a estas familias del sistema educativo privado.

Según una encuesta de Pulso Perú, el 58% de familias se endeuda cada año porque no cuenta con recursos suficientes para afrontar los gastos escolares. Solo el 38% de familias afirma que sus ingresos son suficientes para atender los gastos escolares que en promedio llegan a S/1,500 en un país donde el sueldo mínimo es de S/ 950.

La medida tomada por la Acopril solo profundiza el carácter excluyente de la educación privada y pone en evidencia que su enfoque es meramente mercantil. Para ellos la educación es solo un negocio y debe administrarse como tal. Nada más lejano con la práctica de la educación y el enfoque de derechos. Desde esta perspectiva, el aumento de la morosidad expresa, en realidad, que existe una grave distancia entre los salarios y el costo de vida: los salarios no alcanzan. Pero también expresa el problema de la falta de inversión en educación pública, que lleva a las familias a optar por un sistema de educación privado cada vez más excluyente y que no garantiza un mínimo de calidad educativo. En suma, la creación de una central de riesgo como la de Acopril solo profundiza la ya preocupante brecha de desigualdad en la educación.