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¡Horacio Zeballos Gámez, siempre presente!

Fundador histórico del SUTEP

¡Horacio Zeballos Gámez, siempre presente!

Maestro y guía en las luchas del pueblo junto al magisterio.

Por: Juan Paco Acasiete, secretario de Comunicaciones del SUTEP

La mañana del miércoles 7 de marzo de 1984, a la edad de 42 años (el 20 de marzo los iba cumplir), fallece el líder y fundador histórico del SUTEP, Horacio Zeballos Gámez, a causa de la diabetes. Al conmemorarse 39 años de la partida de aquel hombre que lideró la unificación del magisterio nacional, que fortaleció la organización sindical y afirmó su crecimiento, dando los primeros pasos para su consolidación, el SUTEP reaviva su ejemplo de lucha.

Nicanor Jiménez, exsecretario general del SUTE VII Sector, cuenta que conoció a Horacio Zeballos en 1974, lo recuerda como un hombre robusto, carismático, tratable, un maestro sencillo, dirigente con condiciones férreas e incorruptible, reconocido por su capacidad de convocatoria y sobre todo, consecuente con lo que decía y hacía.

El 10 de abril de 1964 inicia su carrera como profesor al ser nombrado director unidocente en la Escuela Primaria Mixta N.° 9678 en el pueblito de Pitay, distrito de Santa Isabel de Siguas, a 110 km. de la provincia de Arequipa, allí encontró su local escolar edificado solo con caña y barro y que, gracias a su encomiable gestión como director, construyó el local de la escuela, logró la donación de un terreno deportivo y adquirió los instrumentos para la banda de guerra. 

Todas estas acciones en beneficio de la comunidad, hicieron que los moradores de Pitay lo recuerden con aprecio y hablaban: «El maestro es muy terco para enseñar sus lecciones y tierno para perdonar errores”.

Asimismo, Melacio Castro, recuerda sus tiempos como alumno en la Universidad Nacional de Trujillo, donde fue dirigente de la facultad de Ciencias Sociales y Pedagogía, nos narra que su instinto lo llevó a contactarse con el SUTEP y ello coincidió con la llegada del maestro Horacio Zeballos a Trujillo, tuvo la oportunidad de invitar al maestro a la universidad a través del SUTE La Libertad, y aceptó gustosamente. “Cuando nos encontramos, no solo hablamos de cuestiones sindicales, sino de arte, música, poesía, y como yo también escribía, intercambiamos textos y nos corregíamos mutuamente”.

Horacio Zeballos, se afilió a la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, ANEA de Arequipa, entablando amistad con poetas, académicos, políticos y pintores de ese entonces, como Guillermo Mercado, Pedro Luis Gonzales Pastor, Eduardo Gómez Becerra, José Villalobos Ampuero, Teodoro Núñez Rebaza, Carlos de la Riva, etc., siendo partícipe del «Movimiento de la nueva hornada de poetas arequipeños», época en la que presentó su ensayo «Esclavos de corbata». 

Su alta sensibilidad y empatía por los más necesitados, tocó su fibra espiritual y las plasmó en sus obras literarias: «El eco de mi voz» (1962) ,»Cisne amante o Luna del cisne» (1963), «Pluma esclava» (1963), «Los esclavos de corbata» (1970) obra sobre la realidad, protesta y pedido del Magisterio Peruano: La división nacional y sus actuales consecuencias, Las corrientes sindicales y el panorama mundial, La influencia histórica del sindicalismo internacional, Caracterización social del profesor y sus contradicciones de clase con la burguesía, El magisterio organizado: Peligro para las clases dominantes, El paralelismo magisterial y el Estado peruano, Perspectivas para la superación teórica y práctica del profesor, Columnas vertebrales de unidad e integración, además «Alegrías de la prisión» (1979) y «Alegrías del prisionero» (2000).

Horacio como dirigente sindical, sufrió persecución y prolongada prisión. En octubre del 1973, junto a cerca de un centenar de maestros, dirigentes sutepistas, es apresado en la colonia penal El Sepa por aproximadamente ocho meses, por el solo hecho de reivindicar los derechos laborales y remunerativos de los trabajadores magisteriales, de donde fue liberado el 13 de junio de 1974 después de grandes jornadas de lucha del magisterio y pueblo peruano. Al salir en libertad declaró: “La libertad que hoy me otorgan es la libertad para seguir luchando».

En el congreso realizado en 1978, en la región de Puno, los representantes del magisterio a nivel nacional, eligieron nuevamente a Horacio como su secretario general, acordando realizar una Huelga Nacional Indefinida para el mes de mayo que duró 81 días; el año siguiente, la Asamblea Nacional de Delegados, acuerda reiniciar la huelga el 4 de junio de 1979, medida de lucha que duró 118 días, la misma que fue apoyada por todo el pueblo peruano; Horacio igualmente fue apresado y por su estado de salud estuvo confinado en el hospital de la Policía.

La profesora Amanda Cabezas, en cuya casa se alojaba Horacio Zeballos, relata que la noche anterior a su muerte, Horacio gimió muy fuerte, despertándola presurosamente, corrió para ver qué le ocurría, Horacio no sentía dolor, simplemente suspiraba fuerte, quiso llamar a su médico de cabecera, el doctor César Rojas Huaroto, pero Horacio le rogó que no lo haga, porque pronto estaría mejor.

A la mañana siguiente, cuando se levantó para ver cómo había amanecido Horacio Zeballos, cuenta la profesora Amanda, lo encontró casi inmóvil, dio un suspiro fuerte y se desvaneció casi en sus brazos. Al morir no sufrió; falleció de una forma pacífica, tranquila, fue algo muy rápido, confesó.

A Horacio, los que lo conocen siempre valoran y exaltan su rol como dirigente histórico y fundador del SUTEP, líder innato de masas, extraordinario orador, cuyas palabras enardecían a las multitudes, consecuente luchador por las causas del pueblo, quienes lo adoptaron como un hijo suyo, porque traspasó los linderos del movimiento magisterial.

Se cumplen 39 años de su muerte y 81 años de su nacimiento, Horacio Zeballos Gámez, sigue y seguirá siendo un gran líder, porque dejó un legado que influirá en muchas personas, porque como decía: “La lucha es una escuela y la victoria es la hija mayor del sacrificio, y el Sutep combativo es el camino que no tiene destrucción”. ¡Horacio Zeballos Gámez, siempre presente!

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