Horacio: ¡Coraje y firmeza en la acción!
Miradlo allí, valiente y altivo
Miradlo pueblo y despierta
Sacude tus temores, levántate y lucha…
Mirad su ejemplo, alégrense de su valor
Porque es hijo de la patria dolida
Esperando el día de la gran liberación
¡Despierta pueblo, ya es hora!
Gloria Vara Rujas. Horacio en huelga de hambre (2015).
Horacio Zeballos Gámez nació el 20 de marzo de 1943 en Carumas, Moquegua. Recordando tan magno día reflexionamos sobre el pensamiento y accionar del fundador y primer Secretario General del SUTEP en cuatro ámbitos esenciales de un docente comprometido con la formación integral de los estudiantes y la forja de una sociedad realmente humana.
En el ámbito sindical, Horacio fue firme y convincente en la lucha por mejores condiciones de vida y trabajo para los docentes y auxiliares de educación. Junto al Comité Ejecutivo Nacional que presidía viajó por el país para organizar y potenciar las estructuras del SUTEP, porque asumía el principio sindical clasista: ¡Todo con las masas, nada sin ellas! Respetaba el carácter de frente único del sindicato, porque la UNIDAD en la diversidad es fundamental para lograr atención a las justas reivindicaciones de los trabajadores en la educación. Solo detestaba el tinte amarillo.
Consciente de que enfrentaban a una tiranía, en la dimensión política, asumió la defensa de la democracia y la unidad del pueblo organizado (Frentes de defensa), liderando diversas acciones de lucha del magisterio y contando con el apoyo popular, obligó a la dictadura militar a dialogar con el SUTEP en plena huelga nacional de 1978. Sobre tal hecho y el rol de Horacio, el poeta maestro Mario Florián, del VI Sector de Lima (1978), escribió: “Y actuaba en la lucha en este doble papel. Y como maestro y poeta estaba convencido de que la «huelga magisterial» no sólo ha servido para formar y alentar la conciencia colectiva, sino que ha sabido romper con la sofisticación planificada y con los ideólogos oficializados «que gobiernan en nombre del arte, la cultura y la nueva educación» (Claridad, 2018).
Asimismo, fue querido y respetado por sus camaradas, debido a que fue un maestro que se nutrió del conocimiento universal y, en el campo de las ideas, asumió el enfoque socio histórico cultural para analizar la sociedad de su época, confrontando las ideas conservadoras que promovían el “apostolado del magisterio”, sin derecho a exigir reivindicaciones por designio divino; mientras que Horacio promovió la necesidad del cambio a partir de la realidad, para construir una nueva sociedad en armonía con el ambiente y el prójimo.
También, en la dimensión pedagógica, consideró a la educación como derecho, fue partícipe en los trabajos comunales para construir espacios de aprendizaje, promovió cultura y fomentó las habilidades superiores (razonamiento, creatividad y pensamiento crítico), con el fin de desarrollar la personalidad de los niños y generar ciudadanía por una Patria para todos.
Finalmente, precisamos que en la época de Horacio reinaba una dictadura militar y sus acólitos, hoy reina una dictadura cínica y utilitaria, que arrasa con los espacios democráticos y no atiende los justos reclamos del magisterio y el pueblo organizado; por ello, que el legado de HORACIO aliente la construcción de un nuevo orden y la consulta de la XI HUELGA NACIONAL de los maestros y auxiliares de educación junto al pueblo. ¡Horacio, vive! (20-03-2024)