Es importante inculcar el hábito desde temprana edad.

El 10 de noviembre de 1978 se estableció el Día de la Biblioteca Escolar mediante la RM Nº 1795-78 ED, con el fin de resaltar un espacio de aprendizaje para la alfabetización en las instituciones escolares; nominación que reemplazaba a lo que se había generado como “Fiesta del libro” en 1922; las gestiones que permitieron asumir tan digna y útil mención fue realizada por el maestro Ciro Napanga Agüero, cuando ejercía la Dirección de Bibliotecas y Museos Escolares (1922 – 1926).

Con el transcurrir del tiempo y ante el avance de la ciencia y la tecnología se ha olvidado celebrar tan magna fecha; incluso, muchas bibliotecas se han convertido en almacenes de enseres en desuso; tal hecho, se profundizó desde la década del 90 porque los neoliberales pregonaban que “la cultura no se come”; así como, la apreciación errónea que con la aparición de Internet, ya no tenían razón de ser las bibliotecas escolares.

Al respecto, actualmente es necesario convertir la biblioteca escolar en el centro de iniciativas lectoras de un nuevo tipo, considerando que la alfabetización se entiende como el desarrollo de competencias lectoras y el manejo eficaz de herramientas digitales de acuerdo a las necesidades de aprendizaje de los niños y jóvenes estudiantes.

Asimismo, estos espacios de aprendizaje deben ser implementados creativamente en las instituciones educativas; para ello, se requiere financiamiento por parte del Estado, por eso es justo nuestra exigencia el cumplimiento del 6 % del PBI como Presupuesto para Educación.

Finalmente, reconocemos a los directivos, docentes y auxiliares de educación que realizan diversas actividades para potenciar las bibliotecas escolares como espacios para promover la afición lectora, la creatividad y la indagación científica.

   LUCIO CASTRO CHIPANA                                          JUAN PACO ACASIETE

Secretario General                                                       Secretario de Comunicaciones