La pandemia ha visibilizado a la sociedad lo que como voz legal del magisterio hemos advertido por años: El sistema de la educación peruana es sumamente débil, y con la llegada del coronavirus miles de estudiantes de educación básica se han quedado relegados de los métodos de enseñanza a distancia, siendo los más afectados aquellos en zonas rurales, como los escolares de educación bilingüe.

En la región de San Martín, nuestro secretario provincial de Tocache, Víctor Caccsire, nos cuenta que esto en parte se debe a que el gobierno regional no está valorando con la misma ponderación a los estudiantes de este programa, como lo hace con los escolares de zonas urbanas. Del total de estudiantes de educación de dicha región, Caccsire estima que se está excluyendo al 20% del cuerpo estudiantil. En San Martín, según cifras del INEI, hay alrededor de 210 mil escolares, eso quiere decir que más de 40 mil niños, niñas y adolescentes estarían siendo dejados de lado.

A esta falta de interés político se le suma la presupuestal, pues desde el 2018 que se incremento. Han pasado tres gobiernos regionales, todos con la misma promesa electoral de atender las necesidades de los estudiantes de educación bilingüe y ninguno ha cumplido.

De acuerdo al “Proyecto Educativo Regional 2005-2021” (PER) se debería estar cumpliendo con políticas y lineamientos como:

1. Mejorar de la calidad educativa
2. Formar una sociedad educadora.
3. Contribuir al desarrollo regional.
4. Desarrollo docente integral
5. Gestión educativa eficiente, participativa y descentralizada.

Sabemos por nuestra fuente que la meta de gestión transparente (comprendida como parte de una gestión participativa) no se está cumpliendo, la capacitación continua de docentes tampoco y la misma suerte corre el apoyo a la educación intercultural y bilingüe.

Otro tema que falta tocar es la parte curricular, pues el mismo PER no cuenta con un plan específico para desarrollar las clases de la EIB. Sin ninguna plataforma de soporte el poco avance que hubo fue prácticamente improvisado.

Entendemos que las prioridades a causa de la pandemia se centran en la salud. Nosotros, como interlocutores del magisterio entendemos a la perfección que la vida y salud de los peruanos está primero, pero nuestro sector es igual de importante, pues se trata del futuro de nuestros hijos, su desarrollo y el desarrollo del país. A futuro, un niño que no recibió educación será más perjudicial y costoso para el Estado y nuestra sociedad, así como una vulneración a su derecho fundamental, consignado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. 

No podemos permitir que ningún estudiante quede marginado de recibir la educación gratuita y de calidad por lo que necesitamos una Constitución que le garantice su acceso.