Horacio: ¡Ahora y siempre!
El ejemplo de Horacio Zeballos guía al SUTEP combativo en su lucha por los derechos del magisterio y la educación pública gratuita y de calidad.
Nuestro fundador y primer secretario general cumpliría 82 años.
Tuvimos el honor de conocer al maestro Horacio Zeballos Gámez en la década del 70; cuando el magisterio nacional, organizado en el SUTEP, brindaba las mejores lecciones de lucha firme y consecuente contra la dictadura militar y sus lacayos.
Como estudiantes de Educación, asistíamos a la famosa canchita de San Fernando y al campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se realizaban las asambleas informativas del SUTEP durante las huelgas nacionales de 1978 y 1979. Miles de docentes, auxiliares y estudiantes esperaban con ansias y afecto al dilecto líder magisterial.
A pesar que se encontraba con orden de detención, de pronto aparecía la figura mítica e impresionante del profesor de primaria, convertido en emblemático líder popular, cual Quijote o Mesías en busca de justicia social. Todos atentos y firmes escuchaban la prédica elocuente, persuasiva y convincente que les daba ánimo y comprometía en la lucha por la democracia y bienestar para las grandes mayorías; así como, mejores condiciones de vida y trabajo para los docentes y auxiliares de educación.
Fue perseguido y encarcelado muchas veces, acciones de los poderosos y sus esbirros que mellaron su salud. Marchó a la eternidad el 7 de marzo de 1984. Fecha inolvidable para quienes asumimos su ejemplo de lucha por los demás, sin pedir nada a cambio, cultivando los valores de solidaridad y desprendimiento, que nos legó el Amauta, para abrir un nuevo curso y construir una sociedad más justa y humana; totalmente diferente al averno de los mediocres y pendencieros que hoy ostentan el poder.
Finalmente, recordamos que un día Horacio se encontraba presentando el poemario “5 razones puras para comprometerse (con la huelga)” de Chacho Martínez en el Centro de Convenciones Crillón; después de brindar su apreciación crítica sobre la coyuntura y los versos de clase en una hora, se dispuso a leer algunos poemas; cuando de pronto surgió un espontáneo y clamó:
- Ya pues, Horacio, que lea Chacho.
Horacio continuaba mirando el poemario y, como si nada hubiera ocurrido, siguió leyendo:
- ¡Silencio carajo!
Nuestros abuelos no conocieron el Yale…
Como homenaje eterno al legendario poeta maestro de Carumas, compartimos el poema que nos inspiró la lectura de Horacio.
Habla Horacio: ¡Silencio, carajo! (2)
Un día de tantos de la década del 70,
Etapa heroica de la lucha anti dictatorial
Y el renacer magisterial consecuente,
Te conocimos inolvidable Horacio.
Maestro y líder del pueblo peruano,
Con verbo flamígero y convincente
Nos embarcaste en el duro batallar
Por el pan y la belleza para los demás.
Tu voz conmovió y comprometió
A contingentes que soñábamos,
Con los ojos abiertos y actitudes
Firmes en el camino de Heraud.
Fuiste el maravilloso Vilcanota,
El indestructible Machu Picchu,
El invencible camarada Amaru
Y el eterno rebelde Misti.
Horacio, digno maestro poeta,
Adalid de los hombres libres,
Enmudeciste a los opresores:
¡Silencio, carajo! Habla Horacio.
Notas:
- Ex dirigente nacional del SUTEP.
- Poema incluido en el libro “Cien poemas a Horacio”, publicado por Derrama Magisterial en marzo del 2015.