• Una mirada pedagógica a la integración curricular de nuevas materias.

El Congreso aprobó la inclusión de cuatro cursos en el currículo de la EBR.

La reciente aprobación de la Ley N.º 31900 por el Congreso de la República, que introduce cursos de contabilidad, educación financiera y tributaria, economía y derechos del consumidor en el Currículo Nacional de Educación Básica, ha generado un interesante debate en el ámbito educativo. Esta iniciativa de la bancada de Perú Libre se alinea con los mandatos de OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y conllevan una fuerte carga ideológica implícita. Al parecer este partido no conoce la realidad nacional y comparte con la derecha el delirio de que así entraremos al “club de los países desarrollados”.

Así como las pruebas PISA promovidas por esta entidad internacional, esta mirada neoliberal tampoco se ajusta a la realidad nacional. Con los índices de pobreza actuales, nos preguntamos, qué capital esperan que nuestros estudiantes vayan a administrar. Pero más allá de la vieja táctica neoliberal de insertar la ideología de manera subrepticia, camuflada y manipuladora, veamos algunos aspectos pedagógicos y curriculares.

Los defensores del neoliberalismo buscan insertar su ideología en el ámbito educativo.

Comencemos por la contabilidad. Aunque es una disciplina con su propio cuerpo de conocimientos y técnicas, no necesariamente debe enseñarse como una especialidad independiente en el ámbito escolar. De hecho, la contabilidad podría integrarse de manera efectiva en el currículo de matemáticas. Imaginemos una clase donde los estudiantes aprenden a interpretar estados financieros mientras aplican conceptos matemáticos como porcentajes, proporciones y álgebra básica. No solo estaríamos optimizando el tiempo de instrucción, sino que también estaríamos proporcionando un contexto práctico para la aplicación de habilidades matemáticas, algo que fortalece la pedagogía constructivista.

Un enfoque integral orientado al bien común

Ahora bien, ¿qué pasa con los cursos de educación financiera y tributaria y derechos del consumidor? Estos temas perfectamente podrían incorporarse en una nueva materia que bien podría llamarse «Civismo y Ciudadanía». Esta asignatura no solo abordaría cómo obtener, administrar e invertir dinero de manera responsable, sino que también podría incluir temas como derechos humanos, participación cívica y democracia, ética y moral en la vida pública, y sostenibilidad y responsabilidad ambiental. La enseñanza de estos temas contribuiría a formar ciudadanos responsables y comprometidos con el desarrollo sostenible, la equidad y la paz social.

Pero no nos detengamos ahí. El curso de economía, que también se contempla en la nueva ley, podría integrarse en una materia más amplia que podría denominarse «Cultura Política, Económica, Filosófica y Ética «. Imaginemos una clase donde los estudiantes aprenden los fundamentos de la economía y su impacto social, exploran teorías políticas y sistemas de gobierno, se sumergen en la filosofía aplicada a la toma de decisiones éticas y reflexionan sobre la moral y su aplicación en la vida cotidiana. Esta sería una formación integral que prepararía a los estudiantes para participar activamente en la sociedad y contribuir al bienestar común.

Se necesita un currículo escolar integral y contextualizado.

Es momento de tener una mirada más amplia. La reestructuración del currículo escolar es una oportunidad dorada para implementar un enfoque pedagógico más integral y contextualizado. No se trata solo de añadir nuevas materias porque sí, sino de pensar cómo estas se articulan con el currículo existente y cómo pueden reforzar las competencias y habilidades que ya se están desarrollando. Al hacerlo, no solo estamos optimizando el tiempo de instrucción, sino que también estamos formando ciudadanos más informados y responsables. Y eso, queridos colegas, es un paso crucial para guiar al país hacia un futuro más próspero, democrático, equitativo y pacífico.