Prueba PISA no ayuda a mejorar la calidad educativa
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Los resultados de la prueba PISA aplicada durante el 2018 posiciona a nuestro país en los últimos lugares.
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Estas evaluaciones estandarizadas no contribuyen de manera significativa al proceso formativo de los alumnos.
Nuestro país se ubica en el puesto 64 de 77 países en la prueba PISA tomada durante el 2018. El resultado de esta evaluación indica que se han aumentado 3 puntos en lectura, 13 en matemática y 7 en ciencia, con respecto a la prueba tomada en el 2015.
Mientras el Minedu festeja el ligero aumento en la puntuación, existe un sector de la ciudadanía que lamenta que sigamos muy por debajo de otros países de la región. Nosotros, en cambio, nos preguntamos si tiene sentido otorgarle tanta relevancia a esta prueba y ponemos una pregunta de fondo: ¿Cuál es la relación de estas pruebas con la mejora de los aprendizajes?
Desde el SUTEP, hemos sido claros en afirmar que la aplicación de estas pruebas no evalúa el aprendizaje de manera integral y, por el contrario, sólo sirve para clasificar y estigmatizar tanto a los estudiantes como a los docentes. Estas pruebas no son instrumentos objetivos como se pretende decir, sino que tienen un trasfondo ideológico promovido por organizaciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Lamentablemente, el MINEDU solo sigue estas recetas sin cuestionarlas y deja de lado su verdadera responsabilidad.
Una muestra del fracaso de esa forma de gobernar es lo que sucede en varios países latinoamericanos. En Chile, por ejemplo, luego de la introducción de las recetas neoliberales, la educación dejó de ser un derecho y se convirtió en una mercancía. En consecuencia, los estudiantes han tomado las calles para exigir cambios de fondo. El pueblo chileno pide una nueva constitución política.
En Perú, no estamos lejos de una situación similar. Reafirmamos nuestro compromiso con una educación de perspectiva humana, que contribuya a la construcción de una sociedad solidaria, inclusiva y con justicia social. Los estudiantes deben ser considerados agentes de cambio, y no objetos sometidos a evaluaciones funcionales al modelo económico.
Los docentes llamamos a apostar por la formación integral de los alumnos, con un enfoque científico, social y humanista, que les permita un desarrollo humano pleno. En ese horizonte, las pruebas estandarizadas no aportan en nada a la mejora de la calidad de la educación.