El anuncio presidencial que confirmó la llegada del Coronavirus (COVID-19) al Perú ha alarmado a la población. ¡Con razón! Porque quienes conocen la realidad del país saben que los colegios en el Perú no cuentan con servicios sanitarios para garantizar la salubridad de los estudiantes frente a una epidemia.

Según el Programa Nacional de Infraestructura Educativa PRONIED, el 60% de las Instituciones Educativas no cuentan con servicios básicos y según el Instituto Peruano de Economía (IPE) “más de la mitad de las escuelas públicas en el Perú no tienen agua, desagüe ni electricidad, y en las zonas rurales, esa cifra llega al 80%”.

El olvido de la educación por parte del Estado, producto de una política privatista neoliberal, ha generado una profunda crisis social, y al mismo tiempo una terrible brecha de infraestructura que asciende a S/ 100 mil millones. El Estado ha destinado solo S/ 200 millones para tal fin.

Asimismo, los médicos sostienen que la mejor medida preventiva, contra el COVID-19, es el lavado de manos. ¿Cómo se van a lavar las manos los estudiantes si no tienen agua? Además, necesitan jabón líquido, papel toalla y termómetros; elementos inexistentes en colegios públicos. Países del primer mundo, que han sufrido un contagio considerable, pese a tener todos los recursos, han decido suspender las clases para evitar que el virus se siga esparciendo.

El Perú también está sufriendo una epidemia de dengue y aunque ya se están tomado las medidas de mitigación, ha causado 20 muertes este año por falta de prevención. Lamentablemente, el 42% de nuestros niños sufre de anemia, lo que los convierte en una población sumamente vulnerable.

Por eso, consideramos que el Ministerio de Educación debería suspender el inicio de clases hasta fines de marzo, en los colegios que no ofrezcan las condiciones mínimas de salubridad, con la finalidad de llevar a cabo un plan de emergencia sanitaria, para evitar (en la medida de lo posible) el contagio de los estudiantes.

¡Seamos claros!, esta medida se debió aplicar hace mucho tiempo, pero en el Perú aún no aprendemos que gastar en mitigación es 10 veces más caro que invertir en prevención.

No esperemos a que los estudiantes sean las víctimas de la ineficacia del gobierno.

¡En defensa de le educación pública!

¡En defensa de los derechos de los maestros y maestras del Perú!