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Palabra de maestro: Castillo y la obligación de no decepcionar

La mejora de la educación siempre ha sido una promesa de los políticos.

La mejora de la educación pública ha sido, por décadas, la gran oferta de la clase política tradicional en el Perú. Cada cinco años, los aspirantes a la presidencia de la república (y también los candidatos al Congreso), han ofrecido de todo, desde el incremento de remuneraciones para el magisterio hasta la asignación de mayor presupuesto para el sector.

Empero, la voluntad de cumplimiento ha sido en muchos casos nula y en otros desordenada, aplicando cambios, reformas y contrarreformas que han dejado al maestro, eje fundamental de cualquier mejora educativa, de lado. Tal ha sido el nivel de incumplimiento, que la meta de asignar el 6 % del Producto Bruto Interno – PBI, a Educación, como se determinó en el Acuerdo Nacional, en el 2002, necesitó de la lucha sostenida del SUTEP por 19 años, para que sea incluida en el artículo 16 de la Constitución.

Campaña 2021

El SUTEP apuesta por un verdadero cambio en la política educativa del país.

El año del Bicentenario de la República representa para el SUTEP la oportunidad histórica de generar un punto de quiebre para empezar la construcción de un sistema educativo no excluyente, enfocado en la formación integral del estudiante, en el que se respete y reivindique el trabajo del maestro y el auxiliar de educación, que apunte a la reducción de las brechas de infraestructura y alfabetización digital, que propicie la igualdad, el enfoque de género, el respeto a la diversidad, el cuidado del territorio y del medioambiente. Nuestra aspiración es la de una educación pública gratuita y de calidad. 

Fue bajo estas banderas que el más representativo y glorioso sindicato de la educación peruana decidió apoyar la opción de cambio, frente a la candidatura que representaba la continuidad del modelo vejatorio, discriminador, corrupto y neoliberal, que convirtió a la educación en una mercancía, en desmedro de las grandes mayorías, de los hijos del pueblo.

La agenda

Pedro Castillo realizó diferentes promesas en la campaña presidencial.

En esa línea, el magisterio acogió con expectativa la propuesta del ahora presidente de la república, Pedro Castillo Terrones, en relación al incremento del PBI destinado para educación, fijándose como objetivo el 10 % anual.

Frente a ello, el SUTEP, en una posición razonable y consciente de la situación económica que atraviesa el país, resultado de la emergencia sanitaria por el COVID-19, plantea que a partir del próximo año se establezca en el Presupuesto General de la República el piso del 6 % del PBI para educación, dando así cumplimiento al anhelo que por décadas ha defendido el magisterio, con lo que será posible empezar, de verdad, en la reducción de dichas brechas.

Seguido a ello, a partir del 2023, el incremento debe ser del 1 % al año, hasta llegar al 2026 con el total ofrecido por el presidente Castillo, cautelando en todo momento que los recursos sean invertidos en las necesidades más urgentes del sector, con transparencia y eficiencia. La verdadera voluntad de mejora no admite el mínimo acto de corrupción.

El presidente Castillo ha ofrecido también el incremento de la remuneración del maestro a lo equivalente a una Unidad Impositiva Tributaria – UIT, que para este año asciende a s/ 4,400.

El SUTEP demanda que el establecimiento de dicho piso salarial beneficie a los maestros nombrados, contratados y auxiliares de educación, debiendo iniciarse con un incremento remunerativo correspondiente al 85 % de la UIT, considerando la crisis actual, para en el 2022 avanzar hacia el 100 % de la promesa electoral. Además, el gobierno debe evaluar de manera inmediata la mejora de las pensiones de los cesantes y jubilados de educación, tantas veces postergados y olvidados por el poder político.

Asimismo, Castillo ofreció la derogatoria de la Ley de la Reforma Magisterial, implementada en el 2012 y que dejó sin efecto a la Ley del Profesorado y la Ley de la Carrera Pública Magisterial.

Nuestro planteamiento es que en sustitución se acoja el proyecto de la Nueva Ley del Profesorado, que desde el 2012 formuló técnicamente el SUTEP, con la aplicación de una meritocracia que permita mejorar en el desempeño docente y no vulnere los derechos laborales del magisterio.

A ello sumamos las justas demandas de maestras y maestros como el pago de la deuda social sin judicializar y el reconocimiento del 100 % de la Compensación por Tiempo de Servicio – CTS, como aplicación de franca justicia laboral para el magisterio peruano.

El presidente Castillo debe recordar que la palabra de maestro se cumple.

¡Viva el magisterio peruano!
¡Viva el SUTEP! 

¡SUTEP, 50 años de lucha magisterial! 

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